martes

Pero qué cosa fea..

Pero qué cosa, compañero, viejo amigo
verte caminando por la calle entre suspiros
saberte acongojado, solo, entristecido
mareado por la vida, cansado de vos mismo

Pero qué cosa, compañero de la vida
ver tu reflejo de pálidos vestigios
tus mejillas sonrosadas, tu sonrisa
y esa lágrima solitaria de improvisto

Pero qué cosa, compañero, querido
no saber si es la lágrima la que termina en sonrisa
o si es la sonrisa que triste, compungido,
te borrás con una lágrima y seguís con tu camino.

Pero qué cosa, compañero, estimado
verte soltar amarras, y navegar por tu destino
confiado en tu experiencia, la victoria a la mano
y por una tormenta repentinamente vencido.

Pero qué cosa, compañero, compadre
que tanta experiencia no te haya servido
que un rayo en dos tu barco ahora parte
Y te quedás al medio, impotente, rendido.

Pero qué cosa, compañero mío
que hoy te toque elegir entre caminos
el barco se hunde, tenés que elegir lado,
y no sepas cómo hacer para quedarte conmigo

Ay pero qué cosa, compañero, querido,
que tengas tanto miedo de arriesgarte hoy mismo
que no quieras saltar para un lado, decidido
y luego descubrir, que dejaste tu destino

Ay pero qué cosa, compañero, compadre
que hoy debajo tuyo el charco se agrande
y pase de arroyuelo, a arroyo, a río
y el mar entero se meta entre las partes

Pero qué cosa fiera, compañero, compadre
que te estés hundiendo, con tu barco distante
que te estés perdiendo la vida, el sol anhelante
por no tomar el salto tan prometido antes

Pero qué cosa fea, compañero, compadre,
que finalmente elijas de qué lado quedarte
y te encuentres con el pedazo de tu barco destruido
por no haber ido a ayudar antes

Pero qué cosa triste, compañero, amor
que sientas que ya es tarde para arreglar tu error
que no veas que ese que se quedó, siempre constante
está mirando como sale el sol adelante

Pero qué cosa seria, compañero de siempre
que te mire del espejo, y no te des cuenta quién habla
que vivas sin mirarte, atolondradamente
mientras desde el reflejo, te grito en voz alta

Compañero, corazón de mi dueña,
avisale que ella es buena, que no importa qué decida
contale que no es cierto que no puede, pedile que sea
ella misma por un rato, y si no se descuida
se va a dar cuenta sola que si piensa, es fácil
que siempre tuvo delante la decisión correcta
y se dejó cegar por el miedo a equivocarse.

Compañero corazón, acá la mente habla
te pide por favor que dejes de sentir tanto
te cuenta que no es un desastre, que no es tan malo
que si los agarrás de a uno, los problemas se arreglan,
así que por favor, avisale a tu dueña,
que si se deja querer, no va a necesitar tanto cariño
que si deja el drama, se va a quedar sin llanto
que si deja ser a las sonrisas, no va a sufrir tanto.

Compañero corazón, por favor recordale,
quién es la persona que ella tiene al lado,
decile que los principios no son nada sino paredes
que ella pone para que no te lastimen,
que si las tira abajo, no hace ningún mal,
porque nunca fueron reales en verdad,
que nadie vale como vale quién la ama,
y que nadie la ama como la ama él.

Compañero corazón, viejo amigo de andanzas
volvamos a andar de la mano en esta,
solo no podés, necesitás mi ayuda,
que juntos le damos felicidad a la dueña.

(Ay pero qué cosa fea, dueña mía, que no veas
que si me dejás aconsejarte, quizá tan malo no sea.

Pero qué cosa fea!)


1 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantó Hann, te quiero mucho pendeja, sabías?

^^

Publicar un comentario